sábado, 7 de marzo de 2015

Descripción filosófica de la muerte.

Filosofía de la muerte

El concepto de la muerte como una entidad antropomórfica ha existido en muchas culturas desde los albores de la humanidad.
En español además del nombre propio de La Muerte es común emplear el término La Parca proveniente de la mitología romana. A partir del siglo XV comenzó a ser representado como una figura esquelética que lleva capa y capucha. También se da el nombre del Ángel de la Muerte. En rigor no hay ninguna mención en la Biblia del Ángel de la Muerte, sin embargo, hay una mención de Abbaddon (El Destructor) un ángel cuya verdadera identidad es un misterio; y que corresponde al Ángel del Abismo.
En algunos casos, la Parca es quien causa la muerte de la víctima, lo que da origen a historias donde a esta se le puede engañar o sobornar permitiendo así que el condenado sobreviva gracias a su astucia, como en el caso de Sísifo. Otras creencias sostienen que el espectro de la muerte es sólo un psicopompo, que sirve para cortar los últimos lazos entre el alma y el cuerpo además de para guiar al difunto al otro mundo. De este modo la figura no tendría ningún control sobre el hecho de la muerte de la víctima. En muchos idiomas, como en las lenguas eslavas y romances (incluyendo el español), la muerte es personificada en forma femenina, mientras que en otros (como el inglés), se percibe como un personaje masculino.




Los griegos establecían una clasificación para considerar algo o alguien mortal, las plantas y animales no lo son porque no saben que van a morir. Por lo tanto no es mortal quien muere sino quien está seguro de que va a morir. Los auténticos vivientes somos los humanos porque sabemos que dejaremos de vivir y en eso consiste la vida. Algunos dicen que los dioses son inmortales, pero no se dice que están vivos (sólo a Jesucristo, pero murió como todos nosotros).
Todo lo que hacemos en la vida es para evitar morir, si la muerte no existiera habría mucho que ver y mucho tiempo, pero muy poco que hacer y nada en que pensar. Los aprendices de filósofos suelen iniciarse en el razonamiento lógico con este silogismo:
Todos los hombres son mortales;
Sócrates es hombre
Luego
Sócrates es mortal.
La muerte es personal e intransferible, nadie puede morir por nosotros, como no podemos retrasar ni cambiar la muerte de una persona por la de otra, la muerte es a la vez lo más individualizador e igualitario: en ese momento nadie es más ni menos que nadie.

Cuando alguien muere sentimos dolor, pero cuando pensamos en nuestra muerte sentimos miedo. Algunos temen que lo que haya después de la muerte sea aterrador, otros por el contrario piensan que no hay nada, más aterrador aún ya que es mucho peor no ser nada que ser alguien que vive en malas condiciones. Acerca de esto Sabater nos explica las reflexiones de Epicuro. Además de Epicuro, también explica unos versos de Lucrecio que hablan sobre lo terrible que es ser o no ser. Como todo en esta vida surgieron objeciones a Lucrecio, alguna de ellas precisamente por lo observado por Lichtenberg.
Aunque la muerte nos convierte en pensadores ya que nos obliga a pensar todavía no sabemos que pensar de la muerte, Rochefoucauld dijo que nuestra inaugurada vocación de pensar se ve estrellada por la muerte ya que no sabemos por donde cogerla. Vladimir Jankélevitch, un pensador contemporáneo, nos indica que a la hora de plantearse la muerte hay dos posturas: la siesta y la angustia. Hay en castellano una copla que se orienta más bien hacia la siesta:
Cuando algunas veces pienso
que me tengo que morir,
tiendo la manta en el suelo
y me harto a dormir.
Por el contrario Spinoza, uno de los mayores filósofos considera que este bloqueo no debe desanimarnos: ” Un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte y su sabiduría no es una meditación de la muerte, sino de la vida “.
Para concluir nos indica que la muerte nos ayuda a pensar, pero no sobre la muerte, sino sobre la vida.

Opinión personal: Habiendo visto las diferentes posturas que Sabater nos expone, he sacado de conclusión que la muerte condiciona la vida, la muerte no es un hecho puntual que sucede cuando estamos viejos o enfermo, sino que es una constante amenaza que la intentamos dar la espalda, pero siempre está ahí y algún día dejaremos de vivir, pero una puntualización acerca del momento de la muerte es que no es un dolor, sino el fin de la existencia terrenal , ya que demás existencias (no vidas) nunca se podrán demostrar, pero para ello están las creencias. Según dice Lucrecio cuando morimos parece más importante que cuando nacemos, pero debería de ser lo mismo.
La muerte condiciona la forma de vida y a la hora de reflexionar acerca de la muerte creo que no hay que ponerse en ninguna de las dos posturas extremas que indica Vladimir Jankélevitch, la de la siesta y la de la angustia sino que hay que valorarla como algo que nacemos con ello y que vamos a seguir hasta que ello nos pare y cesemos de vivir. Por lo tanto debemos aprovechar la vida y no esperar ya que la muerte no la podemos evitar y no sabemos cuando nos va a llegar.
Yo creo que la muerte puede ser un fundamento para pedir la igualdad de las personas, en la vida puedes hacer mucho y llegar a ser alguien importante, pero qué pasa cuando llegue la muerte, el dinero y el poder no te van a ayudar en nada, además por mucho dinero que tengas no vas a poder utilizar a otra persona para que muera de tu parte, ya que la muerte es personal y actúa como igualadora de ricos y pobres , guapos y feos, tontos y listos, etc. Por lo que llegado a este punto hay que preguntarse una cosa ¿La muerte es buena o mala ?
Aunque somos personas de opiniones y virtudes libres de pensar en cualquier mecanismo cualquier dato, en lo muy personal; personal:
A la muerte no se teme, a la muerte se la respeta.
La bala no mata al hombre, es su destino lo que lo hace.


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fue un gusto ayudarlos.


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